Capítulo Los Competidores

Miércoles, 30 de julio de 2014
08:31 p. m.

Hice un reglamento que sirve para distintas partes del mundo y que contempla situaciones diversas, por ejemplo, las nevadas. Como quedan marcadas las huellas es mas fácil descubrir a los escondidos.

¿Y por qué esas cuentas tan largas?- quiso saber Tremanti.
-Eso da tiempo suficiente para llegar a la estación y tomar el tren.
-¿Y cuánto es el tiempo máximo que dura la búsqueda?
-Año y medio
-Mucho tiempo para permanecer escondido.
-Reflexiono Tremanti.
-No era para un japones.Dos soldados se escondieron en una isla del Pacifico durante cuarenta años, creyendo que la segunda Guerra mundial continuaba.

El que había hablado no era Latorre, que ya se alejaba, incomprendido, con su reglamento bajo el brazo, sino Yamamoto, el único descendiente de japoneses de Zyl. El niño Yamamoto había construido un juego inspirado en la filosofía oriental. Fichas blancas y negras se movían en un tablero de madera con forma de estrella.

Yamamoto explico las reglas, pero nadie las entendió. Extendió algunas cartulinas donde había trazado diagramas del juego, pero los miembros del jurado siguieron si entender.
Hay un punto que no nos queda del todo claro.
¿ Como se comen las fichas?- lo interrogo Zamudio, el inventor de los palitos chinos flotantes.

-No se comen
  • ¿ y como se ganan?
  • Nadie gana, Nadie pierde
  • ¿ cual es el propósito del juego?
  • El juego no tiene propósitorespondió el enigmático Yamamoto.-Solo Transcurre
Subieron a escena treinta juegos mas, y cada uno tuvo su explicación y su demostración. El mas económico fue un juego que se armaba con esas cartas perdidas que aparecen en el fondo de los cajones, quince de un mazo, treinta de otro y siete de otros mas. El mas complicado , un juego preparado por el grupo de boy-scouts de Zyl, que implicaba globos llenos de gas, cañitas voladoras que debían impactar en los globos y palomas mensajeras.Las cosas no salieron como estaba  previsto. Una paloma fue accidentalmente alcanzada por una cañita y cayo en picada sobre el publico, como un mensaje de mal agüero.

A la una y media el concurso se interrumpió, para que los jurados, los participantes y los espectadores pudieran comer algo. En un rincón del patio se vendían empanadas y gaseosas. Al cabo de una hora el director del colegio invito con insistencia a los jurados a regresar a la tarima, y a los espectadores a sus asientos.

Una vez reanudado el certamen, algunos jurados empezaron a cabecear. En una de estas cabeceadas, Lenghi, de la asociación de inventores, se cayo de la tarima. Ofendido por alguna carcajada, abandono su puesto y se marcho.

Entre los que se aburrían, estaba Ríos, a quien nada le importaban los juegos. Se puso el parche en su ojo para enfocar mejor con el izquierdo y busco a un amigo Ivan. No estaba en la fila que formaban los competidores. Tampoco entre el publico.

-Vamos a buscarlo- le dijo Ríos a Lagos.
-Debe querer estar solo. Mejor lo dejamos tranquilo - opino lagos. Pero Ríos lo arrastro fuera del colegio.

Apenas salieron del edificio vieron a Ivan, que avanzaba hacia ellos por las calles polvorientas.Los acuáticos esperaban que se le hubiera ocurrido algo a ultimo momento. Pero Ivan caminaba sin apuro y con los manos vacías.

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